·        Luchas repetitivas y sin sentido

Aunque discutir es parte de una relación, es el modo en el que se hace y la recurrencia con la que se hace podría ser un signo claro de una pareja conflictiva. En una relación sana las discusiones deberían ser respetuosas y ser usadas para exponer los puntos de vista de cada persona.

Pero en una relación conflictiva, las discusiones incrementan en constancia por temas que incluso pasarían por desapercibido en otras situaciones. También la agresividad en éstas puede presentarse. Si no se sabe escuchar, ni mantener calma al dialogar con la persona que se quiere, es una señal de alerta.

·      Correcciones frecuentes y recordar siempre los aspectos negativos

Cuando un miembro de la pareja suele corregir a la otra persona, sin importar lo que haga, es otra de las señales comunes de las relaciones conflictivas. En estas el saboteo a la pareja es recurrente, y siempre se trata de menospreciar sus acciones de alguna forma. Incluso el recordar con frecuencia los errores pasados contribuye en esto.

Así se genera una desigualdad que conllevará a un sentimiento de malestar generalizado. Y es precisamente el elemento de la igualdad, una de las claves de las parejas exitosas.

·        No hablar con claridad sobre los problemas

La comunicación es de suma importancia en toda relación. Si una acción ha afectado de forma importante a una de las partes de la pareja, ésta debe explicar los motivos por los que lo hizo; también el modo en el que piensa de la misma. De lo contrario, si no se es capaz de hablar y se ignora ello, la acción pasará por desapercibida y volverá a repetirse generando conflicto.

Es precisamente la capacidad de hablar sobre los problemas con claridad o no, una diferencia entre las parejas conflictivas de las que no lo son. En una pareja conflictiva incluso se puede usar al silencio o “la ley del hielo” como un arma, que solo causará más incertidumbre y daño.

·      No reconocer los errores cometidos

Al cometerse errores y culpar al otro siempre sin asumir la responsabilidad propia, se estará teniendo una relación de esta índole por igual. Si no se coopera en ambas partes, no se podrá encontrar una solución eficiente.

Es importante por lo tanto encontrar un punto de equilibrio en la resolución de disputas. En donde las dos personas comprendan qué hicieron mal, y se comprometan a mejorar por el bien de la relación. Pero cuando esto es imposible y solo se señalan entre ellos, la situación prevalecerá.

·      Tipos de violencia en una relación

Existen distintos tipos de violencia en una relación, se refiere a acciones o actitudes que pueden dañar a una persona, siendo éstas las siguientes.

§  Violencia física

 Es el acto de causar un daño físico a través de la agresión directa, ésta puede ser temporal o permanente.

§  Violencia psicológica

La persona se ve afectada por medio de humillaciones y ataques a nivel emocional y psicológico, por medio de insultos, amenazas, desprecio, manipulaciones y desvaloraciones.

Puede provocar que la persona se sienta indefensa, dependiente u obligada a realizar acciones indeseadas. De igual manera en muchas ocasiones el mensaje del victimario no se percibe con agresividad, por lo que para la víctima puede ser difícil de identificar.

§  Violencia sexual

Hace referencia a aquellas situaciones en las que una persona es forzada o manipulada para llevar a cabo actividades sexuales en contra de su voluntad.

§  Violencia económica

Es el acto de reducir o privar a la pareja de recursos económicos, con el fin de manipular o dañar la integridad de la víctima, creando un dependencia hacia la pareja.

§  Violencia patrimonial

Todo acto que implique el robo o destrucción de objetos, bienes y propiedades, el victimario realiza estos actos con el fin de dominar a la pareja.

§  Violencia social

Se limita, controla e induce a la pareja al aislamiento social, provocando que la víctima se aleje de su apoyo social y entorno habitual. En ocasiones se manipula a la persona, para que sea ella misma quien se aleje de sus amigos, familia, etc.

§  Violencia vicaria

Se produce cuando la pareja tiene hijos, la persona que agrede amenaza o incluso agrede a éstos, con el fin de causar daño en su pareja. Dentro de esta violencia se incluye que los hijos sean observadores constantes de los malos tratos entre la pareja, generando grandes impactos psicológicos.